domingo, 16 de septiembre de 2007

POSTA 77- El coronel no tiene quien le escriba

El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Marquez
página 77

vibraciones del radio a todo volumen. El coronel se entretuvo con los números de vivos colores pintados en un largo tapiz de hule negro e ilumnados por una linterna de petróleo puesta sobre un cajón en el centro de la mesa. Álvaro se obstinó en perder en el veintitrés. Siguiendo el juego por encima de su hombro el coronel observó que el once salió cuatro veces en nueve vueltas.

- Apusta al once- murmuró al oído de Álvaro-. Es el que más sale.

Álvaro examinó el tapiz. No apostó en la vuelta siguiente. Sacó dinero del bolsillo del pantalón, y con el dinero una hoja de papel. Se la dio al coronel por debajo de la mesa.

- Es Agustín- dijo.

El coronel guardó en el bolsillo la hoja clandestina. Álvaro apostó fuerte al once.

-Empieza por poco- dijo el coronel. "Puede ser una buena corazonada", replicó Álvaro. Un grupo de jugadores vecinos retiró las apuestas de otros números y apostaron al once cuando ya había empezado a girar la enorme rueda de colores. El coronel se sintió oprimido. Por primera vez experimentó la fascinación, el sobresalto y la amargura del azar.

Salió el cinco.

- Lo siento - dijo el coronel avergonzado, y siguió con unirresistible sentimiento de culpa el rastrillo de madera que arrastró el dinero de Álvaro-. Esto me pasa por meterme en lo que no me importa.

Le paso la posta a www.alejandrolauria.blogspot.com; http://quecalorhacesinvos.blogspot.com/ En caso que el libro elegido no llegue a la pagina 77 podras optar por el número que más te agrade...

de no hacerlo no caera sobre vos ninguna maldición, simplemente no continuará la posta!!

gracias por promover la literatura.

2 comentarios:

J.Riaño dijo...

Hace bastante que leí este libro, siempre me parecio bastante nostálgico, hay quien dice que no importa donde vaya, no importa lo lejos que estuve, pues encontraré al volver buzones llenos de propaganda. Esperar algo que no llega es el castigo que se le impone a aquellos que no saben estar solos. Bueno dejemos de delirar que aquí ya es de madrugada y la nostalgia de estas horas es traicionera.

Fabiana dijo...

esta bueno eso del castigo para los que no saben estar solos.. el libro es muy triste... me dio mucha pena esa pobreza y la esperanza... todo muy injusto.. de todas maneras las cartas son magicas! es lindisimo recibir cartas! de las de antes! aunque ahora exista el correo electronico, no deberiamos perder la costumbre de escribir y enviar cartas tradicionales. yo hasta hace no mucho solia hacerlo,tendria que retomar la costumbre, siempre hay una buena excusa.